047. TENÍA TANTO QUE DARTE…

24 03 2010

Esta canción de Nena Daconte ‘Tenía tanto’ fue la que me iba inspirando todos los días para hacer el pregón de Semana Santa. Es una canción de desamor animosa y optimista, y aunque yo no me movía por los desamores sino por todo lo contrario, ese karma de “tenía tanto que darte/ tantas cosas que contarte/ tenía tanto amor guardado para ti” me fue moviendo cada día que me ponía manos a la obra en el cuaderno y en el ordenador. Esa estrofa está incluida en el tramo final del pregón. Además de las marchas Madre Hiniesta, Candelaria o Madrugá, la música más terrenal también la tenía de banda sonora para ese regalo que quería depositar a los pies de la Patrona y de su Puerto en este Domingo de Pasión. Cuando os flojee el desánimo, la desesperanza, nada mejor que entonar, por ejemplo, esta vivaracha canción de Nena Daconte.






046. EL PREGONERO, CON ‘LA CANINA’.

23 03 2010

El Pregonero, delante del paso de ‘La Canina’ en la sevillana iglesia de San Gregorio.

Real Hermandad Sacramental del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, Triunfo de la Santa Cruz y María Santísima de Villaviciosa, cuya sede se encuentra muy cerca de La Campana. El primer paso, conocido popularmente como de ‘La Canina’  representa el triunfo cristiano de la cruz sobre la muerte, simbolizado por un esqueleto meditabundo, sentado sobre un globo terráqueo y junto a él, un dragón abatido, que representa al pecado.

Francisco Andrés Gallardo quiere, como homenaje al hermano del Nazareno y Pregonero que fue de la Semana Santa portuense, Luis Suárez Ávila, reproducir estas saetas de La Canina que fueron compuestas por el propio Suárez a petición de Manuel González Figueroa, porque nunca le había cantado nadie a La Canina. Las cantó Luis Agujetas, a la salida, en La Campana y al recogerse, con gran escándalo y éxito,  Antonio Burgos se hizo eco del acontecimiento en su Recuadro.

Circula por internet una equívoca versión que atribuye al escritor sevillano Antonio Burgos la autoría de esta copla, cuando es de justicia reconocer en la persona de nuestro paisano Luis Suárez, su ejecución.

FLORILEGIO DE COPLAS O SAETAS PENETRANTES PARA CANTAR AL PASO DE LA ALEGORIA DEL TRIUNFO DE LA CRUZ SOBRE LA MUERTE, VULGO «LA CANINA», QUE SALE DE LA REAL CAPILLA DE SAN GREGORIO DE SEVILLA, ESCRITAS POR UN INGENIO DE ESTA AUTONOMIA A LA DEVOCIÓN Y ENCARGO DEL PRÓCER DON MANUEL GONZÁLEZ FIGUEROA, NATURAL DE LA VILLA DE ROTA.


El paso de la Canina
que por las calles camina
en esta bella ciudad,
mandadlo a la Facultad,
Facultad de Medicina

Porque el famoso esqueleto
de aquesta persona humana
para el día de mañana
sacará de algún aprieto
al estudiante paleto
que hoy lo mira en La Campana.

–O–

Malas puñalás le den
al escultor que te hizo
porque parece que quiso
que el «pensador de Rodén», (Rodín)
echada la carne al guiso,
se quedara como ven.

Amarrar todos los perros
que por la calle camina,
sobre veinte costaleros,
el paso de la Canina.

El paso de la Canina
entre cuatro círios, cuatro,
es una radiografía
hecha en García Morato.

Los perros, el sepulturero,
le tienen gran afición,
médicos de cabecera
y otros de igual condición.

–O–

El paso de la Canina,
que sale de San Gregorio,
lo debieran de sacar,
a hombros, del tanatorio

Con el paro que está habiendo,
si alguna carne tuviera,
en la olla del cocido,
a la Canina yo viera.

Porque dice un costalero:
Con el tuétano de hueso
se hace un caldo de puchero.

Y, si no es verdá,
que me lleve la Canina
al Valle de Josafat.

La Canina es tan chupada
porque hubo un sacristán,
que dos días por semana
le fue dando Biomanán.

Mecedla bien, costaleros;
que no se mueva un clavel,
no vaya a descoyuntarse
la tíbia y el peroné.

Nihil obstat,                                         Imprimatur:
Emeterio, Obispo de Barbate.         Juan, Obispo de La Algaba

Luis SUÁREZ ÁVILA.





034. CON LUIS SUÁREZ Y LA EXALTACIÓN DE LA SAETA.

18 03 2010

Hace unos días Luis Suárez me brindó el honor de dar un paseo por sus reinos domésticos y sentir esa venerable sensación de pisar tierra santa de este Puerto Santo de pintores, poetas e historiadores. No voy a ser pelota ni cosa parecida. Sólo puedo decir que, como uno de los máximos galardones de mi vida, Luis Suárez me aprecia y eso, señores… uf. Ya vale por un cargo plenipotenciario en la ONU de la buena gente.

Luis me pasó su exaltación de la saeta que pronunció  en 1998 para su hermandad del Nazareno y quiero compartirla con vosotros. Venga esa copita y vamos a escuchá…

«Mi natural sereno, sosegado y reflexivo, en nada casa con la condición de un exaltado en el sentido de quien se deja arrebatar de una pasión perdiendo la moderación o la calma. El sentido del equilibrio y de la medida es una virtud que me creo en la obligación de tratar de alcanzar. Por esa misma razón raras veces he sentido la emoción que llega al paroxismo de quienes se han rasgado las camisas, se les han puesto los vellos de punta o se han tirado por un balcón, cosa que se cuenta de uno de Sanlúcar, en el siglo XIX, cuando escuchó a Tomás El Nitri cantar una saeta. Se ha hecho costumbre que para exaltar algo hay que ser un exaltado. Y ni yo me exalto con facilidad, ni yo exaltaría algo que no lo mereciera.
El caso es que, lejos de hacer una lírica exaltación, me voy a contentar con recorrer el mundo de la saeta, picoteando la historia, la antroplogía religiosa, la etnología, la literatura tradicional y escudriñando en mis propias vivencias y recuerdos. A lo mejor, no es lo que ustedes esperaban de mí, pero es lo que yo, hoy, con todo el cariño del mundo, puedo ofrecer.

Desde una perspectiva simplista, podríamos decir que la saeta es cante y oración; que es un tratado mínimo de vida espiritual; es una llamada de atención sobre el momento de la Pasión de Cristo que se pone ante los ojos de una muchedumbre que contempla entre un mar de cabezas humanas , o desde un balcón, o desde una reja, cómo un hombre o una mujer anónimas lanzan un mensaje brevísimo que rasga el aire, como una flecha enamorada.
No en vano, se le llamó saeta. Sagita, flecha.
José María Salaverría dijo, conmovido por la saeta que «estamos frente a una de las manifestaciones más vivas de lo patético».

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012. ME GUSTA.

25 02 2010

Me gustaría, nunca mejor dicho, compartir hoy con vosotros estas palabras de Mario Benedetti y que me ha hecho llegar una amiga, Marta:

“Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.

Me gusta la gente que posee sentido de la justicia…

…A éstos los llamo mis amigos”.

(Mario Benedetti)





009. SALVE A LA VIRGEN DE LA ESPERANZA.

22 02 2010

Ayer,  tras la función principal de la hermandad de la Oración en el Huerto se ha estrenado la Salve del 50º aniversario de la cofradía en honor a María Santísima de Gracia y Esperanza. Os añado una foto que tomé ayer al mediodía en la capilla de los Benavides para que veáis cómo lucía de hebrea la Señora de El Olivo.  Estos son los versos escritos por el diácono Juan Antonio Villarreal, pregonero de la Semana Santa de El Puerto y poeta de relieve. La música ha sido compuesta por Cándido Núñez Aguilar, ex director de la banda Maestro Dueñas.

«Salve, Gracia y Esperanza
luz que guía nuestra vidas
al mirarte, recobramos
las ilusiones perdidas».

«Henchidos de confianza
nos dirigimos a ti
para que nos acompañes
en nuestro Getsemaní».

«Fiel doncella nazarena
madre también en el Huerto
y señora de El Olivo
de la Pasión en El Puerto».

«Tus hijos rezan unidos
una oración hecha canto
para pedir que los guardes
bajo el cielo de tu manto».

«Nuestra voz alegre canta
esta salve con fervor
Salve, Gracia y Esperanza
Madre de Dios del Amor».

Letra: Juan A. Villarreal Panadero.
Música: Cándido Núñez Aguilar.





007. LA SAETILLA DEL CRISTO DE BENAVIDES

20 02 2010

Cuando yo era un niño y hasta hace unos diez años, en la Prioral, en la capilla de Benavides, a la izquierda del altar de San Antonio, había un pequeño retablito con un Cristo crucificado y a sus pies, colgada de la propia cruz, una coplilla que parecía sacada de un Cancionero de los Siglos de Oro:

Si lo más hice por ti
que fue morir por salvarte
¿Cómo no he de perdonarte?

Con sólo leerla invitaba a la contrición más perfecta. Tan pocos versos me recordaban, también el conmovedor soneto «No me mueve, mi Dios, para quererte..», sin serlo. La concreción de la coplilla, su anonimato y lo universal de su mensaje son, al menos, un desconocido y vivo ejemplo de la lírica tradicional de los siglos XVI y XVII.

Ni el retablito, ni el Cristo, ni la leyenda se conservan en el mismo lugar. El retablo, porque fue quitado y se ignora su paradero; el Cristo porque fue sometido a un largo y doloroso peregrinar por las más diversas dependencias de la Prioral, hasta terminar, con los dedos de sus manos impunemente rotos, en la capilla capitular de la Hermandad de San Pedro de Venerables Sacerdotes y la saetilla,la leyenda… ¡Vaya Vd. a saber!.  Lo cierto es que esa joyita literaria ha desaparecido.

Se me ocurre, en esta Cuaresma, tiempo de redención y perdón, pensar en cuántos arrepentimientos habría arrancado en los corazones contritos aquel poemita. Porque suprimir, porque sí, en las iglesias rodadas desde tanto tiempo como la nuestra, pequeños detalles y signos, no es sino una falta absoluta de sensibilidad y de respeto , no solo con el arte, sino también con los sentimientos más íntimos de las personas.

Auditorio del antiguo Convento de Santo Domingo, durante el Pregón de la Semana Santa de 1980. Era el pregonero el autor de este artículo, Luis Suárez Ávila.

Uno de los más claros poetas que ha dado España en este siglo, José Luis Tejada, tuvo la delicadeza y la oportunidad  de glosar aquellos humildes y anónimos versos  en su SAETILLA Y GLOSA DEL «COMO NO». Y gracias a José Luis, lo que la incuria de tiempos recientes ha borrado, se conserva incrustada en sus versos, que no me resisto a transcribir:

-¿Dudas? Pero ven aquí:
Si lo más hice por ti
que fue morir por salvarte
¿cómo no he de perdonarte?

Que has escupido hacia arriba
y me has salpicado… Y qué.
De tres clavos me colgué
puesta a secar tu saliva,
yo soy fuente de agua viva,
acércate y lávate.

Mi mejor, mi mayor parte,
ya hace tiempo que te di,
poco tengo ya que darte.

¿Cómo no he de perdonarte
si lo más hice por ti
que fue morir por salvarte?

Ya que no se parecía
tu desgracia a mi hermosura
te copié la catadura
olvidándome la mía:

De creador me hice criatura,
panadero, me hice pan.
Y ahora resulta que están
escondiéndose de mí
esos ojos que te di…
Bueno, pero… ven aquí:
Si lo más hice por ti
que fue morir por salvarte,
¿cómo no he de perdonarte?

Cuarenta prendas tenía,
treinta y nueve te di ya
y una que me queda está
siendo más tuya que mía.
Tú a pecar, yo a perdonar.
Tú a las malas, yo a los buenos,
veremos quién va a ganar.
Te di mi pecho y mi hogar,
lo demás es lo de menos.

¿Y aún vas a dudarme así?
¿Cómo no he de perdonarte,
después de darte la parte
mejor de mí que te di?

José Luis, que tuvo la altura y la amistad con Dios de los más grandes poetas místicos, nos dejó su glosa que, como una oración, acostumbro a repetir, cuando necesito de la misericordia de Dios, que es a menudo.

Por éso, y para a quien pueda aprovechar, he dejado copiados sus versos. Pero, además, pido que la saetilla, si es que existe, y está perdida por algún rincón de la Prioral, se vuelva a colocar, como siempre estuvo, a los pies del Cristo, en la alcayata que todavía está en su cruz. Y, si no, que el nuevo Señor Cura Párroco de Santa María de los Milagros Coronada, la mande copiar y la coloque. Hará mucho bien.

Luis SUAREZ AVILA
Pregonero de la Semana Santa Portuense de 1978.